martes, 30 de diciembre de 2008

Hay una cuestión con las piezas sin luz

¿Qué hacen esos puchos
secos en la cama sin que
nadie los recoja?
Dejan una mancha negra
de miseria, un anillo de fuego
que quema la tela,
una sabana transparente,
sucia, gris y verde.
Agua en los canteros del balcón,
el barro de las aberturas,
el silencio, las cosas
enmudecieron
cuando se cerró la puerta,
poca luz,
un velador que ya no tiene
mas que presenciar,
se cansa de su ser
y muere
dejandome dormir.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Cabeza partida en veintiocho habitaciones infinitamente iguales

Nunca tuviste lugar, creo.
Una geografía. ¿Dónde podrías estár?
Donde podían tocarte, apenas,
estar ahi, sin desaparecer.
Estuvieron rotos, en su lugar, los
zapatos, eras de ellos.
Eras ellos, donde sea
que fuere.

Entonces, nadie podia alcanzarte,
sin velocidad, no habia tal.
No habia como acercarse, quizás,
no habria distancia despues de todo.
No está nada mal. Nadie te puede ver
las arrugas en el alma, ni los pozos
en el pavimento. Apenas raspa,
saber que todo eso existe. Los pozos
y las heridas. Los pajaros
no las pueden curar, ni tampoco los destinos.

Ya no hablo al respecto, vos elegis poder ver
y oír.
¿Sentis si yo te tiendo una mano
desde donde puedo? La piel está estirada
hoy, mañana esas cosas pueden irse al
demonio y fragmentar los puentes
en polvillo para maquillar. Te ayuda
a disimular el rubor, esa pequeñita
vergüenza.

Yo sigo con lo mio, quemo buzones con cartas
a nadie y las espero de regreso.
Aca se siente bien
el calor
el color
se esta tranquilo, el pasto humedo
y el olor a baldoza.
Aca sobra lugar.

Seco

Una buena excusa para escribir es no hablar de nada en absoluto. No. Si. Talvez. No me importa. No dije nada, nada de nada. Ironicamente todas las veces que he hablado de nada con alguien, una ecuacion dificil de sobrellevar en el tiempo, he llegado a la conclusión de que siempre, pero siempre, se terminan diciendo cosas. Obviedad. Hablemos de que la madera de la silla en la que estoy sentado es marrón y no purpura. Hablemos sobre el cielo cuando llueve, en vez de caer gotas caen uvas y en el piso se convierten en melones o sandias. Hablemos del funcionamiento de la hornalla superior derecha, la flama siempre es mas chiquita ahí. En este caso, hablar de nada, nos representa hablar solos. Contar hasta diez, uno dos tres cuatro, pará, cinco. Sin decir nada. Con calor no se puede decir nada, incomodamente transpiras y el cerebro se aprieta contra el craneo intentando disparar los ultimos cartuchos antes de olvidar la palabra siguiente. No tenes papeles para anotar algo importante, entonces lo repetis, una y otra vez, una hora arriba del colectivo, tren, subte, remis, taxi, bicicleta, moto, auto particular, avioneta, helicoptero (los que poseen dinero en grandes cantidades). Nada tiene sentido. Enfureces. Puteas contra el procesador de texto. Porque ahora no podemos decir mas Olivetti. No sirve. Las Olivettis son una en un millon. Una oportunidad ofrecen antes de equivocarnos o decir algo que no queriamos, anda a buscar la gomita azul y roja para borrar, esa redondita, la que tiene cara de mosca. Entonces tenes que incendiarla con alcohol etilico porque no te da otra chance, como estas nuevas herramientas. Aca hay una tecla que va para atras y te deja acomodar las ideas. Una tecla con doble filo, casi mortal, si no nos damos cuenta puede acabar con todo un mundo de letras, como lo está haciendo conmigo en este momento. Está terminandome porque le quiero ganar, quiero ganarle antes de que empuje su mortal linea negra hacia atras, tac, tac, se borra una por una las oraciones ante la equivocacion o ante la laguna. Tac, tac, tac, otra vez, no cesa de venganza este pedazo de plastico negro. Su flecha pincha el meñique, lo maltrata, por eso me apuro a escribir. No puedo guardarmelo como un secreto porque la tecla tiene mas tiempo que yo, mas experiencia, siempre estuvo ahi esperando a su victima. Aguila rapaz, carroñera de sinsentidos. Las maquinas de escribir, aquellas que juntaban polvo en los roperos, tapadas con sobretodos de paño o gamuza, solian ser usadas por los grandes creadores, tacticos de la lengua, generales de la gramatica y sargentos de la poesía. Siempre ganaban la pelea. No habia equivoco porque no existia tal concepto frente a la maquina. Hoy no hay diciplina, dirian muchos. Escribir tambien es trabajar, dirian otros. La inspiracion es una constante cuando se vive de ella, podrian agregar aquellos. No uso borrador, digo yo.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Lost verses - Mark Kozelek

I came out from under her warm sheets
Into the brisk late October
If only for one last hope
I wanted my time with you to be over

I’m staring up into the sky
While all the raining is pouring down
I’m reaching out for your help
But evil beings hold me backwards

All shapes and shadows move in and out
And hover round my bed
Voices arrive and disappear
I want to talk to them

Darkness disintegrates
I’m rising; I’m rising toward a light
A light leading over hills and meadows

I’ve risen up from the dead
With the burning leaves of autumn
If only for one last chance
That all of whom have been defeated
To put on my father’s wool coat
To smell my mother’s fragrances and perfumes
To find my young brothers and sisters
To never leave or let them go

Houses adorned so beautifully
The Marin headlands song
Lost verses well up my eyes and ears
The lone mandolin strums
On Tamalpais warm spring
The many places we
Lay down in sleepy hidden shadows

I see you well and clear
Deep in the moonlight dear
Your radiant august eyes
They are the suns that rise
They are the light that guides
They are these lost verses

I came up from under the ocean
Evaporated sea salt water
A mist above the skyline
I haunt the streets of San Francisco
Watch over loved ones and old friends
I see them trough their living room windows
Shaken by fear and worries
I want them to know how I love them so
Foghorns would sound in waking
Is it my voice you hear?
Footsteps are moving across the floor
And you know I’m here
The afternoon carries up from the hills and you are well and near
To fall into the light I follow

I feel oh so near
When morning doves appear
And ghosts of April ring
Echo the refrain
Soon finding a place
In these lost verses

They fill the foggy day
They hide the hills away
That steal our time
They are the picturesque night
The casting city lights
On the bay flowing into the ocean glowing

jueves, 16 de octubre de 2008

El valor

La armadura quedó en el sillón después de habérmela quitado, después de que tan transpirada está se llenó de hongos, una armadura de piel ajada, una cartuchera de símil vida llena de grietitas perfectamente hechas a mano, las manos de un herrero que no tiene mas vidas por molestar, entonces se va a dormir y deja la templanza en una cama deshecha, una cama que parece de domingo a la mañana, domingo de lluvia, domingo de ojas secas, domingo, que duele porque es otro domingo mas sin ese relleno corpóreo que se llama compañía; pero ya duele menos porque la serpiente se comió el valor, como engulle a un elefante en medio una avenida, pasa por toda la traquea, una serpiente afrontándole a una situación cotidiana, mudando la piel, una piel pesada como una armadura, quebrantada pero joven y viva la armadura, como dejar de apoyarla en un sillón cómodo, como sacársela antes de tiempo, un golpe mas a lo que me cubre, esa piel sin compañía momentánea, quebrada en risa, el semblante roto puesto en un sillón, ya el alma pesa menos, con valor pesa menos esta locura que ya no tengo mas, que eliminé por siempre, por un tiempo, por un rato.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Si el 6 fuera el 9

Hace un poquito mas de media hora que ya no es mas 18 de septiembre. Algunos quizás no recuerden la fecha, no deberia importarles demasiado si vamos al caso. Pero no puedo admitir que a mi me pasa algo similar.

Hoy (ayer, pero todavia no fui a dormir) se cumplen 38 años de la muerte de Jimi Hendrix. Volvamos hasta el final: luego de su ultimo concierto en Alemania, es encontrado en su departamento en un estado de completa nulidad. Se agitan varias bolillas al respecto. Barbituricos, pastillas para dormir, cocaina (que no era comun). La que mas me gusta escuchar es la mas mitologica de todas, siendo consecuente con la figura central: al parecer, Hendrix no estaba muerto cuando la ambulancia acude al llamado. Se dice que cuando los enfermeros entran a la habitación ven a un "nigger" desmayado aplastando a una mujer blanca, supuesta victima de una supuesta violación, por tanto los enfermeros dejaron al negro convulsionando en la cama sin saber de quien se trataba. Lo habrian dejado morir. Podia haberse tratado de una ironía racial mutando al realismo mas crudo como la muerte de Martin Luther King o de Malcolm X. No lo se realmente.

Llegué a el de manera indirecta. Cumplía deciseis años, año 2001. Mis viejos siempre fueron una equidad de energia amistosa. Siempre fueron gente con muchos allegados, demasiados para mi gusto personal. Pero en especial habian conocido a una persona que de alguna manera produciria una fractura en mi vida. Yo ya tenia en mi poder una Fernandes Strat usada que habia pagado $400 en un local de Talcahuano. Mis primeros acordes no habian tardado en llegar a un sonido enchufado ya que semana despues compré un parlantito Peavey de 20w por el mismo dinero en el mismo lugar. Era un tipo feliz, sobriamente feliz. Llegaba a mi casa y ensayaba acordes en quintas sacudiendo la cabeza como un desquiciado y puteaba a las dos horas por el dolor que me causaban los callos en los dedos. Pero todo eso estaba balanceado por la magnitud del hecho en general: tener una guitarra electrica y un equipo donde hacerla sonar.
Mis viejos no tenian una idea clara del rumbo que podia tomar la formula "hijo+guitarra+electrica+equipo+ganasdetenerunabanda". Yo tampoco la tenía, ni siquiera pensaba en eso. Pero todo llega a su determinado tiempo y llega de la manera mas extraña para nosotros.

Perdón, volviendo a las amistades y parentezcos, mis padres han sabido construirlas a partir de relaciones laborales. Afortunadamente supieron como romper esa barrera, esa relacion de mierda "comercio-comerciante-consumidor" y se han estrechado con diversas gentes. Sobre todo mi madre. Ella, aunque lo niegue, es la mas social de los dos. Desde el año 94 ha sabido manejar con inteligencia y criterio de detective una libreria en la circunferencia de las calles Pueyrredon, Ituzaingó y Las Heras. Desde que pude ejercitar mi razonamiento, la libreria fue el centro de convenciones vecinales desde siempre: colegios, clubes adyacentes, el vivero, etc. Siempre habia gente y siempre habia algo de que enterarse. Claro, Marga, estaba siempre ahi, dispuesta a socializar con quien carajo se le cruce por delante, a tal punto que ya para el 2002 habia consumado un grupo de gente, casi como una cooperativa, que se reunia de tanto en tanto. Entre ellos estaban Juan y Nelly del vivero, Juan y Patricia del almacen y Anita y Daniel, vecinos del barrio. En mi caso, era muy pendejo y no estaba acostumbrado a asistir a los tipicos asados de amigos de mis viejos, tipicos sabados a la noche donde uno se puede rascar tranquilamente las bolas en su casa. Pero un dia resigne y me dije... "voy". Asado en lo Daniel y Anita.
Daniel es nacido en Uruguay. Debe estar pisando los sesenta en este momento. Si se enterase que yo lo estoy tildando de viejo me aporrearia a palazos, pero se que no es asi. Tiene el espiritu de un hippie de la mas pura cepa woodstockense que se puedan imaginar: pelo blanco, barba y bigote blanco, whiskey y etiquetas de habano por doquier (y de vez en cuando algun que otro porro).
El asado se hizo en lo que es la antigua casa (o la primer casa que yo conocí de ellos) de Daniel y Ana. Casa con patio adelante en la puerta de entrada, un perro que por momentos molesta y por otros se torna compañia y rejas. Luego un living bastante calido con sillones y un equipo de musica con sonido estereo que desde movida me prendio fuego la cabeza. Creo que era un Philips con ecualizador independiente con cassettera, control de volumen, ecualizador y reproductor de vinilos. Como el equipo era viejo montó un reproductor de CD comunardo para combatir la supuesta novedad de la musica en formato compacto de 80 minutos. Pegado al aparato un mueble cargado de discos de todo tipo y todo estilo. Piazzola, Pugliese, los Peppers, Marilyn Manson, Santana, B. B. King, Clapton, Pink Floyd, Zitarrosa, Roos, el negro Radá, Cadillacs, Yes, Rush, Zeppelin, los Shakers y puedo seguir porque me acuerdo casi fotograficamente, como una maldición o una brujeria. Para mi tal asado no existió porque me senté en un sillon del living y me puse a investigar todo lo que tenía en materia musical. Desgraciadamente ese "todo" es de lo mas relativo que puede mencionarse ya que estuvimos unas cuantas horas. Pero escuché todo lo que pude, desde tango y candombe hasta heavy metal y funk. Riffs rabiosos y armonias menores, psicodelia y zurdas rioplatenses. Quedé encantado, estupefacto. Ya habia conocido el rock, ya conocia algunas banditas, habia ido a algunos recitales, pero era ingenuo dentro del genero, blando, tenia vergüenza.
Ahi imagine, o crei saber que eso era lo que me interesaba, queria saber con seguridad que el rock despertaba una parte del cerebro que a veces está eternamente dormida. Pero todavia no sabia que eso existia realmente o que era posible llegar a ese absoluto nirvana musical.
Pasó el asado, terminó la noche y el tiempo hizo lo suyo con mi cabeza dias y meses despues. Llegó el cumpleaños y en el salon habia poca gente. Realmente ya le estaba perdiendo el interes o el desencanto a los cumpleaños. En eso llega Daniel con Ana saludando a todos, siempre con una sonrisa en la cara, nunca te la podian negar, no eran ellos sin esas sonrisas. Los veo, me acerco, saludo y los abrazo. "Campeón, feliz cumpleaños. Esto es de parte de la petisa y mio." Textual. Un paquete medio rojo con unos ribetes azules sin moño. En la tapa habia un personaje nuevo, una figurita imposible en un paquete regalado. "Stivie Ray Vaughan and Double Trouble" acusaba. Mire extrañado, pero convencido de que ese disco era el primero de los pasos hasta algo mas grande. El cumpleaños se hizo humo y duró para mi menos que segundos. Llegué a mi casa y me interné en la pieza de mi hermana a descubrir que es lo que traia ese regalo consigo. Una lista de diez exitos resumio a Stivie Ray con energia. Siempre, pero siempre que lo recuerdo destaco una sola canción en todo el repertorio. Esa cancion me quitó el aire durante 7.15 minutos. Tenia excusa para poner el dedito en el "repeat" una sola vez y que esos siete minutos se transformen en horas. Little Wing, carajo. Que dulzura, que veneno que tenia esa canción. "Eso es alma", repetía. No podia haber algo asi creía en ese momento. Tenia que ser ese el camino unico. Pero claro, la curiosidad mata al gato, dicen. Saco el librito de su caja y empiezo a revisar cautelosamente cada letra y cada agradecimiento. Y por ahí, en de esas que se te piantan seguido, encajé el ojo en un nombre y un apellido. Ahi se presentó el solito como autor de esa maravilla sonora. Siempre mudo y manco para mi en ese momento. Stivie Ray tuvo un maestro, maestro de muchos otros. Ese flaco de mierda embebido en un triste disfraz de pirata, con una barba de dias, un pelo que le crecía de la cabeza en cantidades enfermantes. Ese cuerpo transpiraba magia, una magia que se te metia por todos los putos poros y te ponia el cerebro en una sarten con aceite hirviendo. Era pendejo, creo que aun hoy lo sigo siendo y de golpe llego la hora de madurar auditivamente, casi a la fuerza, pero con gusto, preparando cuerpo y mente. Busqué por todos lados un disco de el y la suerte no me acompaño por un tiempo hasta que desistí de seguir. Paciencia. La espera pago con creces y al poco tiempo me llega un compilado de discos en formato comprimido. Axis: bold as love. La version orignal de Little Wing a la vuelta de la esquina. Ya no era el manco mudo de aquella vez. Habia tomado una forma absolutamente absurda, impensada para mi. Un chaman vudú, un aborigen con una viola colgada al cuello, preparando una pocion y yo debia beberla. Una lirica increiblemente volada que condimentaba el brebaje. Una sutileza por sobre todas las excentricidades y virtuosidades. Los parlantes seguian escupiendo notas y notas y ya estaba prendido a eso. Despues vino Monterey, Wight, Woodstock, Electric Ladyland, algunos que otros temas. Todos encajaban perfectamente en mi idea de Hendrix. Noel Redding y Mitch Mitchell, Billy Cox, los Monkees, Kramer y Chandler, Band of Gypsys, Little Richard, Ottis Redding, First Rays of the New Rising Sun, el Café Wah, los Who, todo tan lejos de donde estoy. Tan lejos en el tiempo. Pero esto de la musica funciona asi, es una maquina del tiempo portatil: te mete adentro de un tubo, un caleidoscopio de colores interminables, imagenes desenfocadas de una epoca que no me tocó vivir, pero la que puedo atravezar con el simple relajar de los parpados.
Ya es 19 de septiembre y se hace un poco tarde, sepan disculparme, estaba besando el cielo.

martes, 16 de septiembre de 2008

To Ricky (1943 - 2008)


God speed Ricky, death took the greatest history with you,
thursdays, midnights, smiling at you, being thankful.
Those thursdays were great gigs in the sky, everyone of them.
Now, they are yours, all of them.
Maybe, you can take me with you, and we could smile to those
happy days again, those thursdays midnights, those great gigs
in my sky.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Carta para leer en dos segundos

Amiga:

Pensaba en escribirte de esta manera que se usa ahora: lenta, pausada, pensada, signficante. Debo decirte, sincerarme, solo tengo dos segundos.
Al principio pensaba en diagramar esta empresa dictada mentalmente en varias fracciones de segundo para sacarte de la molestia y no tener que someterte a una lectura voraz. Pero no lo pude conseguir, solo tengo estos puñaditos de arena sin reloj para contarte que no tengo mas remedio que apurarme y relajarme a la vez: dos segundos es mucho tiempo acá.
Dicen que se puede, con años de adiestramiento visual, contemplar la palma de la hoja de un libro y ubicar solo algunas letras, de las tantas imposibles y vivientes, para entender de que se trata todo esto. Es el dia de hoy que practico frecuentemente con cosas que no me interesan; diaros viejos, revistas de deporte, lectura vacia y de poca contemplación. ¡Qué paradoja tan humilde! Deberias empezar a ahorrarte tiempo, ya habrán pasado trescientas milesimas de segundo y no contamos con demasiadas de ellas.
No te presiones, queridisima. No hace falta correr tras las oraciones para saber de que te estoy hablando. A tí tiempo te debe llover desde el techo de la pieza, estés donde estes y yo solo tengo, entre dia y dia, pocos minutos para aprovechar el sueño. Si de opciones se tratase, iria tras esa huella que dejaste en este poco iluminado living, hogar de unas historias insolitas nuestras, tan largas ellas que envidio el lugar que han podido ocupar en esa fraccion de nuestro... ¿Comó decirlo? ¿Momento?
Si tenes un momento para detenerte no te lo recomiendo. Pausada, pero no abusivamente, devorate lo que falta para decir, si no antes esperar a que el tiempo deje de correr y permita que yo siga escribiendo.
Las manecillas del analogico me amenazan golpeando el cuarzo. Me avisan que ya se acabaron los segundos, asi que solo resta despedirme.
Lento abrazo para los que disfrutan de un calido ritmo sin espacios.
Ahi te estaré esperando, cinco menos diez, y faltan algunos minutos.

¿Hasta pronto?

sábado, 2 de agosto de 2008

Salvadora Medina Onrubia

Mujer de Natalio Botana, creador del mítico diario Crítica; abuela del genial Copi; amiga de Alfonsina Storni… Considerada durante años en función de otros nombres, Salvadora Medina Onrubia (1895-1972) es, ante todo, una escritora y dramaturga cuyas obras necesitaron del tiempo para tornarse legibles. Mezcla rara de discursos provenientes del folletín sentimental, el anarco-feminismo y la teosofía, sus obras se revelan hoy como originales experimentaciones literarias de los modos de representar la subjetividad femenina.

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Cárcel del Buen Pastor, julio 5 de 1931

Gral. Uriburu, acabo de enterarme del petitorio presentado al gobierno provisional pidiendo magnanimidad para mí. Agradezco a mis compañeros de letras su leal y humanitario gesto; reconozco el valor moral que han demostrado en este momento de cobardía colectiva al atreverse por mi piedad a desafiar sus tonantes iras de Júpiter doméstico. Pero no autorizo el piadoso pedido... Magnanimidad implica perdón de una falta. Y yo ni recuerdo faltas ni necesito magnanimidades.
Señor general Uriburu, yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente. Entre todas esas cosas defectuosas y subversivas en que yo creo, hay una que se llama karma, no es un explosivo, es una ley cíclica. Esta creencia me hace ver el momento por que pasa mi país como una cosa inevitable, fatal, pero necesaria para despertar en los argentinos un sentido de moral cívica dormido en ello. Y en cuanto a mi encierro: es una prueba espiritual más y no la más dura de las que mi destino es una larga cadena. Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.
En este innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde los grandes hombres gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino a asolar hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer ante los ojos de sus hijos ... y eso que tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y debió también tener una madre. Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que usted, por enceguecido que esté, debe saber eso tan bien como yo.
General Uriburu, guárdese sus magnanimidades junto a sus iras y sienta como, desde este rincón de miseria, le cruzo la cara con todo mi desprecio.-

Salvadora Medina Onrubia. Cárcel del Buen Pastor, julio 5 de 1931

viernes, 18 de julio de 2008

Caminan

Caminas, veo que caminas.
Te paras. Acomodas la cintura, probas:
una pierna despues de la otra.
Caminas hacia donde estoy yo, sincronia,
melodia con zapatillas.
Una pierna, luego la otra.
Parece que el tiempo te roza y
te abraza las comisuras.
Ahi estoy, esperando que el
ritmo no cese:
una pierna, luego otra y asi,
hasta llegar al final. El final
es aqui, donde yo te espero.
Entonces me animo a imitarte.
Quiero adelantar el final.
Me paro, acomodo el cuerpo. Mis brazos
me siguen, los tuyos tambien.
Una pierna, la otra. El ritmo no
cesa.
Caminamos, veo que caminamos.
Nos paramos, acomodamos los cuerpos:
uno al lado del otro. Probamos:
dos piernas, luego otro par.
Esperamos a que el ritmo que no cesa
nos abrace en las comisuras que rozó el tiempo.
Y caminamos, nos ven que caminamos.

jueves, 17 de julio de 2008

Carta al Legislador de la ley sobre Estupefacientes

Señor Legislador,


Señor Legislador de la ley 1916 aprobada por el decreto de Julio de 1917 sobre estupefacientes, eres un castrado.
Tu ley no sirve mas que para fastidiar a la farmacia mundial sin provecho alguno para el nivel toxicomano de la nación, porque:
Primero, el numero de los toxicomanos que se aprovisionan en las farmacias es ínfimo. Segundo, los verdaderos toxicomanos no se aprovisionan en las farmacias. Tercero, los toxicomanos que se aprovisionan en las farmacias son todos enfermos. Cuarto, el numero de los toxicomanos enfermos es ínfimo en relación a los toxicomanos voluptuosos. Quinto, las restricciones farmaceuticas de la droga no reprimirán jamas a los toxicomanos voluptuosos y organizados. Sexto, siempre habrá traficantes. Séptimo, habrá siempre toxicomanos por vicio de forma, por pasión. Octavo, los toxicomanos enfermos tienen sobre la sociedad un derecho imprescriptible que es el que se los deje en paz.
Es por sobre todo una cuestión de conciencia. La ley de estupefacientes pone en manos del inspector-usurpador de la salud publica el derecho de disponer el dolor de los hombres; en una pretensión singular de la medicina moderna, querer imponer sus reglas a la conciencia de cada uno. Todos los balidos de la carta oficial no tienen poder de acción frente a este hecho de conciencia; a saber, mas aun que la muerte, yo soy el dueño de mi dolor. Todo hombre es juez, y juez exclusivo, de la cantidad de dolor físico, y de la vacuidad mental que pueda soportar honestamente.
Lucidez o no lucidez, hay una lucidez que ninguna enfermedad arrebatará jamás, es aquella que me dicta el sentimiento de mi vida física.
Y si yo he perdido mi lucidez, la medicina no tiene otra cosa que hacer sino darme las sustancias que me permitan recobrar el uso de esta lucidez.
Señores dictadores de la escuela farmaceutica de Francia, ustedes son unos pedantes roñosos: hay una cosa que deberían considerar mejor; el opio es esta imprescriptible e imperiosa sustancia que permite retornar a la vida de su alma a aquellos que han tenido la desgracia de haberla perdido. Hay un mal contra el cual el opio es soberano y este mal se llama Angustia, en su forma mental, medica, psicológica, o farmaceutica, como ustedes quieran.
La Angustia que hace a los locos. La Angustia que hace a los suicidas. La Angustia que hace a los condenados. La Angustia que la medicina no conoce. La Angustia que vuestro doctor no entiende. La Angustia que quita la vida. La Angustia que corta el cordón umbilical de la vida.
Por vuestra ley inicua ustedes ponen en manos de personas en las que no tengo confianza alguna, castrados en medicina, farmaceuticos de porquería, jueces fraudulentos, doctores, parteras, inspectores doctorales, el derecho de disponer de mi angustia, de angustia que es en mi tan aguda como las agujas de todas las brújulas del infierno.
Temblores del cuerpo o del alma, no existe sismógrafo humano que permita llegar a una evaluacion de mi dolor con precisión, que aquella, fulminante, de mi espiritu. Toda la azarosa ciencia de los hombres no es superior al conocimiento inmediato que puedo tener de mi ser. Soy el unico juez de lo que está en mi.
Vuelvan a sus buhardillas, médicos parásitos, y tu también Legislador Moutonier, que no es por amor a los hombres que deliras; es por tradición de imbecilidad. Tu ignorancia de lo que es un hombre, solo es comparable a tu estupidez pretendiendo limitarlo.
Deseo que tu ley recaiga sobre tu padre, sobre tu madre, sobre tu mujer y tus hijos, y toda tu posteridad. Y ahora me trago tu ley.


(Antonin Artaud, El Pesanervios, 1925)


Dedicado a ellos

jueves, 10 de julio de 2008

Teatro en tres insultos

Teatro en tres insultos


Personajes:


Dana


Juan


Voz en la radio




Acto Primero: La mañana



Contexto:


(Se trata de construir en el imaginario una supuesta localidad común a cualquier otra, sin enemistarse con la subjetividad, que, dicho sea de paso, estas situaciones sugiere.

Pongamos la vista, entonces, en la antesala de una cocina, más comúnmente llamada "hall". Podemos asumir que no es un lugar muy habitable, es pequeño, acotado, resumido no muy decorado (un espejo, enfrente un cuadro, una maceta junto al espejo, y no mucho mas), por momentos parecería hasta incomodo, pero somete a las personas a mirarse directamente a la cara. La antesala se desarrolla desde la arcada que da a otra sala (living) y desde ese mismo lugar se desprende otra pequeña pared divisoria donde se encuentra la salida. La construcción permite que de un lado del hall se encuentre la puerta del baño, y simétrica pero opuestamente se encuentre otra puerta que descubre una escalera en ascenso y descenso a los cuartos. En este acto, los personajes harían su entrada al escenario por la puerta de la escalera como si bajasen a desayunar, pero un infortunio los topa con ellos mismos, no los deja llegar a la cocina y los inicia en ciertas conversaciones que hacen a la primera parte).






Voz en la radio: (música de fondo, fanfarria matutina, seguido de un ritmo placido y lento) –El Sol anuncia las 09:30 de la mañana (bip-bip, sonido radial), sugiere el despertar de las parejas, el amanecer de los desacuerdos en la calle, y quien sabe, un fortuito desayuno mal hecho y tibio. El Sol sabe entrar por la ventana sin siquiera pedir permiso alguno. No enciende el gas, ni da chispa en la hornalla, ni pone el agua ni la yerba en el mate. Sabe decirnos que es hora de despegar el cuerpo de la sabana y despedir el sueño con bostezo y un “buenos días, querida”.


(Se escuchan pisadas, bajan de la escalera Juan y Dana, se encuentran en el hall y ambos se miran al espejo)


Juan: (quejumbroso, pero contento) –Estoy gordo.


Dana: (casi consecutivamente y de igual humor) –Estoy gorda.


Juan: (irónico, entre dientes) –Estas embarazada.


Dana: (despreocupada y preocupada a la vez, indecisa) –Cállate infeliz. Estoy desproporcionada, casi no tengo caderas, y las tetas compraron boleto a futuro para terminar en el ombligo. Me tengo que poner otra vez con esa dieta de mierda. ¿Puede ser posible? ¡Como te curran con esos tratamientos aburridos! (haciendo una voz muy graciosa) Día uno: papa; día dos: batata; día tres: zanahoria. ¿Quién carajos se piensan que somos nosotras? ¡Por favor! No se, seguro que la empiezo este lunes. ¿Vos que decís, Juan?


Juan: (ignorándola, se sigue mirando al espejo) -¿Eh? ¿Qué me decías?


Dana: (enojada) – ¿Me estas escuchando?


Juan: -Si amor, te estoy escuchando. Ya se, son un problema las dietas. Son un gasto de guita. Son un gasto de tiempo. Son la fatiga estomacal. Son el anti-bacanalismo. Son la conjunción de comida en bajas calorías y la culpa hecha vinagre. Son…


Dana: - Listo, fue. Suficiente. Creo que entendí.


Juan: - Por lo visto no entendiste nada porque te miras al espejo, y empezas a maquinar con pelotudeces: que estás gorda, que las caderas esto, que las tetas lo otro. Estas hermosa, nena. (Empapado de una supuesta ternura machista) Amo despertar con ese rollo al lado mío.


Dana: (muy sarcástica) – Vos si que sos el perfecto amante latinoamericano. Cuando tenga una depresión por baja autoestima, haceme acordar que te llame para que me alcances la jeringa.


Juan: (se ríe) – Pero vos sos la que te haces un escándalo al pedo. Haceme el favor de salir de ese espejo. Lo único que falta es que empieces con esa historieta de que si engordo me dejas por una flaca, que esto y lo otro. (Otra vez, con ternura machista) Vos sos mi flaca, mi gorda, mi “muchas cosas más”.


(Se piden ambos un beso, ambos giran y se miran a los ojos, se besan, dura nos diez segundos)


Juan: - Dana, hacete unos mates. Hay que despejar la resaca matutina.


Dana: - ¿Ya? Un segundo (sigue mirando atentamente al espejo).


Juan: - Dale Dana, pone el agua por lo menos.


(Dana no responde, ignora a Juan, los dos siguen mirándose al espejo).


Juan: - Ey, ¿ahora jugás vos al sordo?


Dana: - ¿Qué culpa tienen los sordos?


Juan: - No, no. No me entendés. No me estas dando bola.


Dana: - Bueno, pero vos respondeme.


Juan: - ¿Qué te responda que cosa?


Dana: - Los sordos.


Juan: - ¿Qué hay con ellos?


Dana: - No, nada. Digamos que cuando te ignoro o me ignoras jugamos a ser sordos. Pero la sordera no es algo que se pueda bendecir con palabras. A decir verdad, se siente mal.


Juan: - Pero no insultamos a nadie, che. Fijate que es eso, un juego. Como cuando jugás a quedarte paralizado. La gente que sufre picos de presión y les agarra parálisis no te va a venir a apalear en masa. O quizás si. Pero nunca sabrán por qué. (Sarcástico) Aparte, están paralizados, que te van a venir a pegar.


Dana: - No seas tarado, Juan. Pobre gente.


Juan: - ¿Yo que culpa tengo?


Dana: - Ah… (Se imita a ella misma, en voz baja) “¿Qué culpa tienen los sordos?”. En fin… Poné agua que yo hago mate.


Juan: - Dale…


(Juan intenta salir del hall, se vuelve en si mismo y se mira al espejo, se mira la panza, la barba, se acomoda el pelo. Todo en un lapso de silencio. Dana sigue escarbando defectos físicos en el mismo espejo).


Juan: - (Sorprendido) Estoy gordo.


(Pausa)


(Se enciende la radio, junto con una música tranquila, ambos personajes siguen atentos a sus cuerpos y sus gestos, siguen atados al espejo).


Voz en la radio: - El Sol anuncia las 10:00 de la mañana (bip). Todo parece indicar que el agua se hirvió, se pasaron los sentimientos al vapor. Que los desencuentros son imposibles cuando hablamos de espejos y de salas con poco espacio. Todo depende de la paciencia. Todo depende de la precaución. Todo depende de todo. Que afirmación falaz.

El Sol sabe entrar por la ventana, sabe quedarse a esperar. Sabe que las cosas suceden a su velocidad. Sabe adaptarse a la comodidad del hogar; sentarse en una silla, servirse de la heladera, cocinar sus propios insultos. El Sol anuncia la llegada de los altercados a nuestros músculos, a nuestros ojos y bocas.


(La tonada sigue sonando, Dana y Juan siguen pendientes de sus físicos como si el espejo podría darles una respuesta).


Juan: - (como retomando una frase anterior) Es como si fuera la consecuencia de una sociedad que se divierte viéndote de esta manera al espejo. Como si fuera un morbo colectivo o algo por el estilo. Claro, la gente puede pensar tranquilamente que no tienen necesidad de cambiar porque la sociedad es así y punto. Ellos tendrían que replantearse la cuestión del (hace señas de comillas con los dedos) “así”. Y se quejan de (otra vez la seña con los dedos) “la televisión”.


Dana: - (lo interrumpe muy interesada) A veces creo que esos productos los produce, valga la redundancia, la misma gente que lo mira. Como que me imagino al flaco que esta al pedo hasta la madrugada yendo al estudio y discutiendo sobre lo que le gustaría ver. (Dice en voz baja, otra vez la voz graciosa, esta vez ronca) “Si, vos ponete en bolas, mostrá el culo, así.”; “Si, ponete en pedo que garpa mucho.” Blah, blah, blah… (dice “bla, bla, bla)


Juan: (justo escucha esa parte) – Eso si que lo vería, eh.


(Ambos se ríen)


Dana: - Tendrías que ir a buscar el diario a la puerta, Juan.


Juan: - El “costumbrismo”.


Dana: - ¿Qué cosa?


Juan: - El “costumbrismo”.


Dana: - Esa palabra no existe.


Juan: - Claro que existe. Si vos te pones a pensar, todo lo que termina en “ismo” e “ista” tiene un sentido lógico, por lo tanto se vuelve algo existente.


Dana: - (arroja los ojos al techo, pensante) Ah… “existencismo”.


Juan: - No Dana, “existencialismo”. (con aire intelectual) Esa es la palabra correcta.


Dana: (bromeando) – “Correctismo”.


Juan: (hace un silencio y mira de reojo a Dana)


Dana: - Te estoy jodiendo, bobo.


Juan: (imitando a la imitación graciosa de Dana) – “Correctismo”.


Dana: (se ríe) - No seas boludo, Juan.


(Se ríen los dos. Se besan.)


(Dana sale del hall, sale de escena, va a la cocina, se escuchan ruidos de pava, mate, yerba, cosas de ese estilo. La radio sigue funcionando, hay música de fondo).


(Queda solamente Juan en escena, mirándose al espejo, sigue observando su físico, su cara, ojos, barba, pelo, nariz. Ahora denota un ánimo bajo, triste).


Juan: (le habla al espejo) - ¿Cómo carajo le digo? Decime vos, noble desacomplejado. ¿Cómo es que se dicen las cosas? ¿Cómo se dice una verdad sin faltar a la verdad? ¿Cómo hago? Todo esto está mal. Yo la amo. Yo amo ver como se tuerce toda en el colchón cuando se despierta. Yo creo amarla. Necesito amarla. Necesito verla en este espejo todas las mañanas. (Se angustia) Pero no puedo. No puedo dejar que toda esta basura me carcoma la cabeza. Algo tengo que hacer. En algún momento algo le tengo que decir. No se que, pero algo. Lo mínimo indispensable. (Se sacude el pelo) Dale, si vos le podes hablar de cualquier pavada y ella siempre te atiende; típico de callcenter. Lo único que falta es que me pida documentos (risa). Cuando viene le digo. (Se dice a si mismo) ¿Cuándo viene le digo? ¿Qué decir? El tema es la decepción, los malos ratos, el odio, supongo que después todo pasa. Después la reconciliación, el amor post cena. La panza llena, el café, buen sexo y mañana salimos a buscar dinero a la oficina. Mi temor es que todo termine después de hoy. Resumir años en doscientas palabras y ponerle un punto final.


Dana: (de fondo, gritando) – ¿Amargo o dulce?


Juan: (no responde) – Amarga y dulce es la vida. Que puta redundancia y que absurda resulta ser esa respuesta. Amarga y dulce es la sensación de la vida. Lo que te deja a medida que la vas tragando día por día. Sin polvo ni palo, o con ambos. (Retoma la respuesta) ¡Amargo! (Quiere seguir monologando) Ahora es el momento, ahora es cuando, por ejemplo, debo dejar crecer la flor (hace morisquetas teatrales). No, eso es una estupidez. Ahora debo detener el crecimiento de la duda, del resentimiento, tengo que poner un límite a esta barba que ya no sirve para mentirle a mi propia identidad.

Tampoco me importó mucho la identidad. Esa cosa clavada en la planta del pie, como una verruga. “Te la extirpa la vida, viejo” (a lo “tanguero”). La existencia. Prendete un cigarrillo y arruinate la garganta, arrabal de décima.


Dana: (a las apuradas) – Tomá Juan (le da el mate). Casi se me cae. ¿Está muy rebalsado, ¿no?


Juan: - No, esta barbaro asi. Parece un poco tapado, pero está tomable.


Dana: - ¿Querés que le agregue azucar?


Juan: - No, esta bien, te dije amargo.


Dana: - ¿Alguna galletita?


Juan: (cae a cuentas que tiene que decirle algo) – No, estoy bien asi, no te preocupes.


Dana: (se sirve un mate) – Estuve pensando… Y nos tendriamos que mudar en algun momento. O sea, el lugar está bien. Vivimos hace mucho tiempo aca, pero ya se me hace como que no se si da para seguir viviendo asi. Entendeme, no quiero decir que la casa sea una cagada, pero, quizá, cambiar de espacio, mudar la piel.


(Pausa)


Juan: (preocupado) – ¿Vos crees? Quizá no sea el momento mas apropiado para mudarnos, Dana. No tenemos un mango.


Dana: - Juan, si pudimos costear este departamento, podemos costear otra cosa. Además podemos venderla.


Juan: - No, ni pensarlo. Esta casa era de mis viejos. Vos estas terriblemente mal de la cabeza si pensas que yo voy a vender algo que fue de mi familia.


Dana: - Pero pensalo en terminos de cambio, nene. No va a bajar tu viejo del cielo y te va a arruinar las piernas a latigazos porque vendas la casa, Juan. Es algo común que la gente hace.


Juan: (un poco encabronado) – Yo no soy “la gente”. Entendeme vos ahora.


Dana: (como ignorando al reacción) – Hablando de “cambio”, me voy a cambiar, en 10 minutos tendría que haber salido.


Juan: - Te acordaste un poquito tarde, ¿No te parece?


Dana: (apurándose a terminar la “semi” discusión) – Si, me acordé tarde, disculpame. Me voy a arriba. ¿Vos no tendrías que ponerte a escribir?


Juan: - Mis escritos no pueden pagar todas las boletas.


Dana: - Mi trabajo tampoco. Dale Juan, ambos sabemos de lo que sos capaz.

Juan: (con mucha ironía) - ¿Ambos sabemos de que soy capaz de tirarme de la ventana cuando vos cruces la puerta?


Dana: - Dale, pelotudón. Me voy a cambiar. (Dana le da un beso en la mejilla a Juan y sale de la escena).

(Se produce un silencio. Juan sigue en escena, siempre mirandose al espejo. Balbucea insultos hacia adentro y algunos hacia fuera. Se prepara el garguero para decir algo…)

Juan: (reflexivo, pero sensato) – No se lo que es la ambición. ¿Mudarse es ambicion? ¿Un trabajo de ocho horas es ambicion? ¿Escribir una obra maestra de trescientas paginas es ambicion? ¿Amar es ambición? No sueño con esa casa de mas de tres ambientes. Realmente no la necesito. Un trabajo tampoco: no podria invertir ocho horas de mi vida todos los dias en un mismo lugar, no sabria como administrar mis fuerzas en algo que quizas desconozca o no sepa hacer. Someterme a otra persona que no sea yo mismo me pondría algo nervioso, quizás pueda convertirme en un criminal por sentirme encerrado en una caja de zapatos atendiendo un teléfono, o vendiendo cositas que a la gente de la mayor edad le apetecería comprar. ¡¿Qué digo?! ¡Todo el mundo trabaja! Se levantan a las 5 de la mañana para tomarse el tren hacia el Centro. Viajan apretados sabiendo que en un rato tienen que volver a sus casas, darle de comer a sus hijos. ¡Maldita ambicion! ¡Maldita necesidad! Pero conozco nada de ambas. Apenas se que con “una” se intenta llegar mas lejos y con la “otra” se sacian urgencias.


(Juan hace otro silencio. Toma aire y se sigue mirando al espejo)


(Pausa)


Juan: (continua con la reflexión) – Al parecer soy un cretino. Vago y vividor. ¿Quién espera algo de alguien que labura chamuyando y que su chamuyo esta escrito en un papel amarillento? ¿Quién le cree a esa clase de personas hoy en día? Todavía no conozco a los padres de Dana. Llevamos viviendo juntos casi un año. Me podria tirar por la ventana mientras ella se cambia para ir a laburar; me ahorraria muchos desencuentros: padres de Dana, trabajo, escribir, vivir, pagar impuestos, viajar en subte o colectivo. Los padres de Dana podrían decir que soy un desastre, que me visto mal, que uso la misma ropa todos los días, que no tengo trabajo, que soy un mantenido, que detesto la política, que soy un hippie. ¿Cómo le digo que no me quiero mudar, que no tengo plata, ni ganas, ni ambicion, ni necesidad? Si fuese un ventajero dejaria que los padres de Dana me presten plata. Ellos tan ordenados que son creen que los hombres llevamos los pantalones o el overoll y empujamos la montaña a donde carajo queramos. Claro, yo no los conozco, pero se que ellos lo piensan. Dana me lo dice cada vez que le dan un aumento en el trabajo y ella se lo cuenta a los viejos. “Las mujeres no deberian trabajar”, dice el padre. La madre piensa exactamente igual. Que desgraciados.


(Se escucha un ruido en las escaleras. Es Dana bajando).


Juan: (quiere continuar con la reflexion, pero decide detenerse) – Que…. Hola Dan, estas hermosa (tiene una sonrisa increíble).


Dana: (dubitativa) - ¿Te parece? Esta pollera no me queda tan bien, pero es lo más serio que tengo. Ayer me comentaron en el laburo que hoy hay una reunion y bueno, la ocasión lo amerita.


Juan: - ¿De que es la reunion?


Dana: - La verdad que no tengo idea. Cuando vuelva te cuento.


Juan: - ¿Pero tenés una idea de lo que pueden llegar a hablar?


Dana: - No lo se. Debe ser algo importante, pero no se. Che, voy a llegar tarde, me voy.


Juan: - Perdón, no te quise detener. Anda tranquila. Mucha mierda.


Dana: - (risueña) ¿Qué ironía no? Uno dice “mucha mierda” para no desear suerte.


Juan: - Pasa que en una epoca pasaba que…


(Se empieza a cerrar el telon. Juan sigue hablando. La radio se vuelve a encender y pisa la voz de Juan)


Voz en la radio: (Musica de fondo, sin fanfarrias) – El Sol anuncia su permanencia a las 10:30 de la mañana, (bip-bip, clasico sonido radial). Pica cada rayo en los hombros de cada persona que puede bañarse de calor en la calle. No todos vuelven a sus casas a esta hora. No culpemos al trafico por eso. Para mas información sobre el estado de las cosas, siga su curso de vida, no frene en los semáforos en verde, puede ser perjudicial para quienes vienen de costado. El Sol anuncia que el tiempo no se detiene entre estaciones. Llevar paraguas es importante, no sea que el clima nos traicione.




Fin del primer acto.

miércoles, 9 de julio de 2008

Exodo II


No quiero que me debas nada,
me asusta saber que me podes pagar con la misma moneda.

Buen viaje.

domingo, 29 de junio de 2008

Dos ambientes


En esta casa, hoy no hay nadie. En esta casa, la que yo ocupo, no hay nadie. Las paredes están pintadas de blanco con algunos cuadros colgados de obras póstumas, falsas seguramente porque no nos alcanza el dinero para comprar un verdadero Rivera, o un Picasso, como el que está en la antesala del baño. En mi cuarto tengo un Xul Solar, y tampoco tengo dinero para obtener el verdadero. En mi casa no hay nadie; en realidad no es mía, es de mis padres, pero ellos no saben quien soy yo luego de que todas las habitaciones están vacías. Ellos no me conocen, no indagan o no quieren imaginar. Cuando en mi casa no hay nadie, yo soy un aventurero y quizás ellos no quieren dar con esa persona a la que no esta acostumbrados a ver: aquel quien escarba cada rincón de los ambientes y rescata recuerdos a lo pavote, dolorosos ellos por demás, pero también los hay felices y victoriosos.

Mi casa tiene paredes blancas, con cuadritos pequeñitos que me interesan, verdaderos pintores. El aventurero avista cada vértice entre el techo y la pared. El cielorrazo también es blanco y de el cuelga un fantástico ventilador derrumbando, históricamente, toda teoría de la gravedad. Estuvo durante mas de 12 años en el mismo lugar, siendo su tarea tan reiterativa pero siempre agradecido el. Mi papá siempre le engrasaba el motor y mi mamá le limpiaba las paletas, que por cierto son de madera, falsas ellas cuatro. Rivera no podría distinguir de la falsedad de la madera, ni del esfuerzo de mi madre por subirse a la silla a limpiar las paletas del ventilador. No podría ni aunque fuese un cuadro autentico y se robara todo el esplendor en una porción de pared. La silla, la cual mi madre usa como escalera, también es de madera. Algarrobo, dicen. Al igual que la mesa del comedor. Los brazos del ventilador, las paletas, no se si serán de algarrobo... ¿Serán falsos aquellos omóplatos laboriosos de la temporada veraniega? Rivera no podría distinguirlo, ni Picasso.

El aventurero es un ser inquieto, incesante, pero por sobre toda las cosas es paciente. Se sienta en el piso frió, descalzo él, con el televisor encendido. La mesa del televisor también es de madera, seguramente será de la misma familia que la mesa del comedor y las sillas en su conjunto. Que simpaticamente terrible es pensar que la madera pueda sentirse en familia luego de que ha sido desgarrada, mutilada, de su lugar de origen. Pero, el falso Rivera no podría darse cuenta de ello, ni siquiera ese Xul Solar en mi pieza, donde la madera abunda. El aventurero es cruel con el lugar que habita, reniega de lo que ayudó a construir, y lo utiliza dándose placeres insignificantes pero biologicamente necesarios: desayunos, almuerzos, meriendas y cenas.

Ahora las paredes han cambiado de color, amarillas, con un dejo de vejez o antigüedad. Quien diría que en las paredes se esconde la edad o la historia que vive en nosotros sin siquiera dejar jeroglíficos para entretenerse. Pero esa es la tarea del aventurero: romper con la idea de que lo que está ahí es lo que se conoce y punto. Romper las paredes, atravezar la historia y hacerse con todos los recuerdos posibles. Mientras Rivera y Picasso me miran, agarro las herramientas y le doy un piquetazo a la pared de la cocina. Los pedazos de mampostería y revoque hacen de la escena una perfecta sincronía: como si no existiese el cielorrazo, pedacitos de pared caen desde arriba mojandome el pelo y los hombros. Una lluvia de mentira pudo alegrarme el día. El ventilador asombrado, agita sus manos en círculos. Las mesas y las sillas solo son testigos inmobiles de la hazaña. La misión del aventurero en su casa estaba tomando formas insospechadas, hasta que cae en cuenta de que ese lugar inhabitado no le es propio. El comedor ya no es lo que era. Ya no existe el tal Rivera en esa pared. No me puede mirar con esos ojos que tal vez eran falsos o verdaderos, no lo se. Un solo ojo de vidrio era suficiente para el. Una casa destruida no es la misma mientras habitan recuerdos tirados en el piso como cachos de pared amarilla, vieja, antiquísima.
La misión del aventurero concluye en este lugar, sentado en el piso frío de la cocina, pensando si hay algún cuadro falso en las paredes del living.

domingo, 22 de junio de 2008

Los Caballeros


Los caballeros no son aquellos
quienes ante
un zapato de taco
inclinanse
en reverencia,
besando el suelo,
una caricia de respeto.

No son ellos, bien vestidos,
encajan en sus trajes,
sus medias,
algodón negro,
y cuero sin remendar.

Tampoco son quienes
cabalgan en dolares
forjados de acero,
incorruptibles varones,
democráticos peatones,
caballeros, ellos siempre
rectos, ellos.

No amerita alegoría
alguna, el caballero moderno,
un insulto no existe
en su boca,
ni en su paladar,
perlas de plástico.

Caballeros son los que
olvidados en el taburete
incomodo, pasajeros sin tren,
recogen
un despido por la puerta,
puteadores anónimos,
decidores de realidad,
fieles a su leyenda
de antigüedad.

Madrugadores
de extensas calles,
periplos de cartón,
caballeros valientes
contra las miradas
de aquellos mentirosos
gallardos, hidalgos
con chequeras como lanzas.

Caballeros sin rencor,
sin venganza.
No olvida
a quien lo señala.
Caballeros que recuerdan
siempre de donde vienen,
aquel taburete incomodo,
pasajeros sin tren.

martes, 17 de junio de 2008

Girl from the North Country - Bob Dylan


Well, if you're travelin' in the north country fair,
Where the winds hit heavy on the borderline,
Remember me to one who lives there.
She once was a true love of mine.

Well, if you go when the snowflakes storm,
When the rivers freeze and summer ends,
Please see if she's wearing a coat so warm,
To keep her from the howlin' winds.

Please see for me if her hair hangs long,
If it rolls and flows all down her breast.
Please see for me if her hair hangs long,
That's the way I remember her best.

I'm a-wonderin' if she remembers me at all.
Many times I've often prayed
In the darkness of my night,
In the brightness of my day.

So if you're travelin' in the north country fair,
Where the winds hit heavy on the borderline,
Remember me to one who lives there.
She once was a true love of mine.

lunes, 16 de junio de 2008

Regresion

Hoy, sin querer, tuve una pequeñisima regresión. ¿Por qué digo sin querer? Porque a veces me pasa que debería estar en otro lugar, en otro momento indicado. Por suerte esto no es una constante en mi, no lo es. Tampoco dejo que lo sea, sino viviría pegandome susto tras susto y no saldría de la posición horizontal que tan hermosamente adorno en mi colchón.
La regresión, por mas pequeñisima que sea, está. No es una cuestión infantilista... "Vuelvo a mis 7 años, y en mis cortos y crotos 7 años hacia tal y cual cosa". No. Creo fielmente que se puede tener regresiones siendo casi adulto. Tantas de las cosas que me causan gracia es ser 'semi adulto'. Pero no me voy a detener aquí, el terreno de la semi adultez es un lugar bastante complejo para manejar siendo semi adulto. No me detengo aquí porque me es cómodo seguir hacia a cualquier lugar. No quiero detenerme en mi, pero de esto se trata un poco la cuestión regresiva.
Hoy conocí a alguien. No se como es físicamente, ni estuve predispuesto mentalmente a imaginarmela. Quizás mas adelante, cuando me lleven en su lomo los días, alguna que otra imagen puede ir construyéndose sin ser una incógnita. Pero si conocí sus pensamientos, lo que puede sonar absolutamente cliche. Evidentemente no lo es. No es un cliche de persona. Ella se autodenomina diferente, lo cual es cierto, y por lo tanto admiro. Esta no es una descripción perfecta, ni lo será: estará incompleta durante mucho tiempo y esa construcción de la incógnita quizás nunca pueda terminar de armarse. Un rompecabezas que junta polvo en cualquier placar de cualquier casa. Ese alguien me generó automaticamente un recuerdo. Un recuerdo de otro alguien a quien en un pasado no muy lejano conocí. De una manera similar, tan similar que asusta. No tendría que dejarme llevar por estas cuestiones tan superficiales de como es cada quien y que se yo, no debería. Pero el avasallador puño regresivo golpeo en donde mas duele y me dejo tendido largo rato sin saber como carajos podía reaccionar. Esa pequeña cosa del pasado me juega, nuevamente con otras cartas, otros colores, otras cosas para decir.
Según los cánones de la psicología moderna (o actual) la regresión es un mecanismo de defensa por el cual el individuo se ve sometido a "regresar" a etapas de maduración en un contexto de niñez, como también a momentos de angustia y tristeza. También la regresión es una practica que adoptan quienes utilizan la hipnosis como herramienta psicoanalitica.
Según mis cánones, regresar hacia una etapa triste e inmadura es ejercer autocritica. Autorepararse, plantarse frente al problema, resolverlo con las herramientas que nos da la supuesta experiencia. Ser nuestro propio laboratorio físico-mental.
Ahora me toca atar todos los cabos sueltos, todos ellos juntos, bien atados, sin que se escapen. Esta persona me hizo volver, sin querer, un año o dos años atrás, me hizo volver a otra persona de la cual ella no tiene idea de su existencia. Ella no quiso, no sabia, no tiene por que esperarselo. Casi como un chiste sádico fue habernos encontrado sin encontrarnos en absoluto. Y eso me disparó una duda. ¿Por que será tan hija de puta esta burbuja llamada vida que nos separa, nos diferencia y nos pone tan alejados los unos a los otros? No puedo concebir la burda idea de que somos demasiados y en esa demasía está ese personaje que nos hace pertenecer. Todo este tiempo no me ayudó para entenderlo y dudo que hoy lo entienda. Pero por lo menos pude rescatarme de la regresión sacando una mano hacia afuera de estas arenillas rápidas sin siquiera ahogarme.
Los cánones de la ciencia no existen porque hay hechos que lo prueban. Existen porque nos movemos junto con ellos, los justificamos completamente siendo quien somos, viviendo como vivimos. Ni sabemos que están ahí afuera. No nos interesa traerlos a colación en un matrimonio, por decirlo de alguna manera. Acechan a quienes están descubiertos, sin refugio alguno. Hoy me tocó a mi, y sin hipnosis, pude volver.

martes, 10 de junio de 2008

Exodo I

Ya te fuiste.
Y en verdad sabias que no podia decirte nada.
No nos sentamos en la plaza por ultima vez,
ni intercambiamos familias por un rato,
ni jugamos a entendernos bien,
vos sabes como es esto.
No hicimos eso
que vos con tan poco animo llamas coger,
y yo con la ilusion que me sobra llamo amor.
Ni nos prendimos un pucho despues de eso.
Eso que tanto nos divertia.
No nos reimos mas porque ya te fuiste,
y porque no se que decir despues de ello.
Me rio de lo que no digo. Como un nene que aprende de lo nuevo.
Me rio otra vez.
Me rio porque el café no se toma solo. No yo solo. Ni el vino, ni la cerveza.
Asi es, asi es tan dificil de entender, que te vas de mi.

lunes, 21 de abril de 2008

Muy poco sobre las despedidas

Definitivamente, ¿como se ensaya una despedida? ¿Uno se para frente al espejo y se dice, sin pensarlo, "adios"? ¿Se mira? ¿Que se observa? ¿Se extraña? ¿Se odia? ¿Se pierde? ¿Se insulta? Pensandolo mejor, las despedidas no se ensayan. Que complicacion mayor la de espetar una despedida. Chau. Ciao. Aufweidersehen. Bye. Te saludo de nuevo, me arrepiento de irme. Las despedidas son un momento casi tragico, pero feliz, al final, cuando baja por la garganta, ese gusto a madera, o a ciruelas, rojas y moradas. Un tanino que de repente desaparece con tal de no darse la idea de volver o de olvidarse la cartera o un guante, un zapato, el reloj, me olvide de darte un beso, en la mejilla, claro. ¿El lugar? La puerta de una casa, en cualquier barrio del conurbano bonaerense, el aeropuerto de Ezeiza, terminal de Retiro. Cada uno improvisa como el mejor actor una risa preferentemente amena: primero se estiran los labios hacia los costados y hacia arriba, de manera que la boca haga una U, la U feliz, la que por momentos hace de ladrona y nos usurpa minutos que podrias aprovechar tristemente al tomarnos el colectivo para volver a casa. Luego de la "ladrona", el cuerpo tiende a articularse un poco más: se levantan un poco los brazos, teniendo en cuenta que el compañero/a puede ser mas grande en tamaño (el esfuerzo se verá desproporcionadamente recompensado) lo que nos daria una suerte de incomodidad efimera, pero importante. Ya levantados los brazos, como me pasó en la terminal de Retiro, se vuelve a improvisar una especie de agarradera corporal, reteniendo fuertemente (debilmente) a su compañera/o. Sin dejarlo escapar. El escenario es importante, porque de ahi converge el factor final de la despedida.
Para realizar las primeras maniobras, es importante que la persona a despedirse este dispuesta, geometricamente, a cierta distancia, idealmente, cerca.
Ella podria guiar su despedida, mostrarme, inocentemente, paso por paso, antes de irse, su saludo. Ahora va esto, aquello, la "ladrona", otra vez eso de antes, otra "ladrona", asi sucesivamente, hasta que haya agotado sus recursos saludativos.
Puede durar segundos, horas, dias, años. Puede durar mucho tiempo. Puede que nunca sepamos como improvisar, ni hayamos pensado en eso, como un "nos vemos". ¿Que idiotez es ese, "nos vemos"? La despedida es lapidaria. Es perfectamente diciplinante. "Adios" es "adios". No hay vuelta atras, ni adelante, no hay asientos de sobra, señor. Hay un dejo de arrepentimiento, en cada falsa despedida. Se sabe que esa falsa despedida, ella tan hipocrita, es posible detectarla como real. Verdadera, tan verdadera, que hasta se nos caeria una lagrima con solo imaginarnos el perfecto movimiento de dos objetos, acercandose uno al otro, hasta arrollarse entre ellos y formar una masa amorfa de sentimientos... falsos. La despedida, es lo que es. Hay que tomarla así: de un solo trago. Sabor a ciruelas, al final de la garganta, con un poco de madera en el paladar. Nunca conocí a nadie que, luego de un "nos vemos", haya vuelto. ¿Se perdio en su propia frase? ¿Se cayó en la O, se cortó con la S o se tropezó en la M?
La despedida es un mecanismo, muy macabro, es cierto, de poder. Ejerce una fuerza imposible de rechazar: es el momento ideal para hacer cuestionamientos irremplazables, renuncias, confesiones añejas, como el vino, como las ciruelas, pero estamos sujetos al tiempo y al poder de la ida, del escape, de la lucha contra un "porque tu madre me dijo...." o "porque me enteré que vos hiciste...". Nos somete a esperar media hora, o una hora, un vehiculo que se lleva algo nuestro, algo que nos pertenece pero que a su ves es ajeno porque se esta yendo. Si, claro que queda el recuerdo, pero es solo la abstraccion de algo que queremos que sea tan real como la existencia de Zeuz, o de Afrodita.
Las despedidas nos llevan a escribir incoherencias, tonterias poco acordes para la circunstancia. Nos revive ese tic nervioso, ese impulso de poeta malherido, y absurdo, que nos expone violentamente. Nos desnuda de pies a cabeza, nos embriaga de una insanidad incomparable. Nos hace intelectuales en las cartas cada cinco o seis meses, estoy preparando para irme el mes que viene, pero vos sabes que no puedo porque mi discusion con el calendario no terminó. Me he despedido muchas veces, pero nunca supe como hacerlo bien. De hecho, no me he despedido en absoluto. No sabria depender del recuerdo porque a veces no logro entenderlo. Y la motricidad no me favorece. No soy quien para despedirme, me rehuso completamente ante el "cuando toque tierra, te llamo". Nos lleva a resentirnos, porque no somos capaces de madurar en ese pequeño proceso. Acostumbrarnos doleria tanto como para volver a empezar la mimica del saludo. Por eso, necesitamos un solo vaso que diga "adios, quizás no nos volveremos a ver". Un gusto a madera, en el paladar, al final, como a ciruela, gustos rojos.

lunes, 17 de marzo de 2008

Simbolos

Hoy me muestro en simbolos.
Asi me podes ver mejor.
Vos ignoras lo que se dice, o lo que se habla.
Por eso soy un simbolo.
Los dibujos no sienten,
por eso ser un simbolo
me hace invulnerable.
Intocable. Nunca invisible.

domingo, 16 de marzo de 2008

La tristeza


Podria, en este momento, ir hasta el baño, sacar de un pequeño bolsillo una tijera, apoyar mis manos en el fregadero y cortarme los recuerdos amontonados en el pelo hasta que se caiga el ultimo. Claro, podría hacerlo, tranquilamente, pero esto no me conmueve, ni mucho menos. Podria tambien arrastrarme hasta la cocina, luego de haber dormido catorce horas seguidas, abrir la heladera y tropezarme con el almuerzo frio, en mal estado, para definitvamente terminar con la angustia que mi estomago ensaya todos los dias. Tambien podría hacerlo, es logico, pero es sabido por mi que no me conmueve, ni mucho menos. Podria no haberme levantado de la cama en absoluto, ni sacado la ropa del tendedero, ni apagado la television, ni la radio ya que en este momento mis sentidos no me responden. No. Tampoco me conmueve. Podria entonces olvidar que en mis años anteriores he cometido millonada de estupideces, algunos sanos, otros inconcientes, inutiles tambien. Otra vez se resuelve en la onomatopeya negativa. Los condicionales son una constante cuando el tiempo no ha pasado a dejar recados en mi puerta con la insistencia de los adultos. Pero podria afirmar que esta cara que se mira asi misma todo el tiempo, no es la que se regocija por ser lo que fue y por hacer lo que hizo. Ahora sonrie falsamente. Se le nota en las comisuras cuando se le escapa un insulto, o cuando cree que alguien puede volver y nada de lo que cree es puro y cierto. Entonces, podria levantar el telefono e invertir en un posible recuerdo. Definitivamente, no.