jueves, 16 de octubre de 2008

El valor

La armadura quedó en el sillón después de habérmela quitado, después de que tan transpirada está se llenó de hongos, una armadura de piel ajada, una cartuchera de símil vida llena de grietitas perfectamente hechas a mano, las manos de un herrero que no tiene mas vidas por molestar, entonces se va a dormir y deja la templanza en una cama deshecha, una cama que parece de domingo a la mañana, domingo de lluvia, domingo de ojas secas, domingo, que duele porque es otro domingo mas sin ese relleno corpóreo que se llama compañía; pero ya duele menos porque la serpiente se comió el valor, como engulle a un elefante en medio una avenida, pasa por toda la traquea, una serpiente afrontándole a una situación cotidiana, mudando la piel, una piel pesada como una armadura, quebrantada pero joven y viva la armadura, como dejar de apoyarla en un sillón cómodo, como sacársela antes de tiempo, un golpe mas a lo que me cubre, esa piel sin compañía momentánea, quebrada en risa, el semblante roto puesto en un sillón, ya el alma pesa menos, con valor pesa menos esta locura que ya no tengo mas, que eliminé por siempre, por un tiempo, por un rato.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jor el texto me hizo sentir algo de tristeza, pero está re lindo, saludos.