jueves, 24 de septiembre de 2009

Mierda
proceso al que se somete
la autocrítica
para convencerse de que lo que
uno
hace es pura mierda,
entonces uno
es mierda
y así se siente
en este enjambre maldito
de palabras un tanto
equivocas
a veces,
otras son certeras
porque el humor
es distinto
sabe a otra cosa
a uvas, por momento
y no a mierda.
Pues, que pensar, entonces,
cuando queremos decir
que somos felices
si simplemente
amuramos nuestros
culos
a un asiento de oficina.
¿Eso a que sabe?, me pregunto.
A uvas creo que no.
A insatisfacción.
A mierda.
A olor rancio de oficina
a toner, tinta y cables,
pues, que pensar, entonces
si no cambiamos de lugar
romper una ventana
con nuestra silla
y expiar la mierda
que somos,
sus caras asustadas,
azorados por
la valentía que requiere
romper el traje
que encubre a la porquería.
Oh, si, un campo de uvas,
la mierda
abona mejor la tierra,
es un ciclo,
abonaremos
esos campos futuros,
pues, que nos queda,
si no es regocijarnos
por volver al principio.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Oh, pajarita
tenemos tanto tiempo,
lo tenemos.

Donde pasaron violentamente
rayas coloridas
fulminándose, fosforescentes,
pasaran lánguidas melodías
y silbidos en baja definición.

Como cuando revolvíamos
una caja de zapatos en tu casa
y no sabíamos que música poner,
porque no teníamos como reproducir
los 16mm de tu viejo.

Terminamos muriendo en la cama,
una decadencia de palabras
y somnolencia.
Los tatuajes en los tirantes
de la cucheta, también paso el
tiempo por ahí.

Tus silbidos
se escuchan hasta acá,
pasan afinados, ellos,
por mi oreja, por el caracol
que formarán
piel y cartílagos.

Y así hago pasar el tiempo que no corre
intentando dibujar caracoles
por donde pasará tu silbido afinado,
lánguidas y memoriosas melodías.
Así tocarás mi puerta, pajarita.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Ahí estabas cuando corrí la cortina,
casi sospechando que me veías
esas perlas amarillas
que hipnotizan
se fijaron en mi.
Entonces jugué
a tu ritmo
subiéndome a la medianera
y posé sobre tu sombra
que también era mi sombra,
el sol que rebota en tus perlas
me ilumina.
Tu descanso negro en mi ventana,
la sombra de mi sombra, el sol
que te agiganta, tu astucia me limita
y mis ganas felinas no alcanzan.