lunes, 15 de marzo de 2010

Es sano decir que el flujo mercantil de la comprensión,
el entendimiento,
de la aprehensión,
el conocimiento,
la enseñanza,
el mismísimo tonto dios,
y el cálido diablo,
esta tan aglomerado dentro de un edificio,
tan solos,
tan contaminado con gentes,
que multidireccionalmente,
fueron contaminandose entre si y
a su vez,
tan amablemente,
pretenden que uno se contagie,
de sus mismos valores,
que intrasendentes caminan
por los patíbulos cognoscitivos
hasta ahorcarse con sus sagradas
letras, formando un lazo
de muerte en negrita y margen
hacia la derecha.
Suerte la mía de haber escapado
por esa ventana mínima,
suerte la mía.

1 comentario:

Andrea dijo...

si, todavía se puede correr al aire libre rodeado de montañas donde en vez de dioses y diablos hay silencios que llenan y acompañan.

Uy que hippie me pone la maternidad ;)