sábado, 27 de diciembre de 2008

Cabeza partida en veintiocho habitaciones infinitamente iguales

Nunca tuviste lugar, creo.
Una geografía. ¿Dónde podrías estár?
Donde podían tocarte, apenas,
estar ahi, sin desaparecer.
Estuvieron rotos, en su lugar, los
zapatos, eras de ellos.
Eras ellos, donde sea
que fuere.

Entonces, nadie podia alcanzarte,
sin velocidad, no habia tal.
No habia como acercarse, quizás,
no habria distancia despues de todo.
No está nada mal. Nadie te puede ver
las arrugas en el alma, ni los pozos
en el pavimento. Apenas raspa,
saber que todo eso existe. Los pozos
y las heridas. Los pajaros
no las pueden curar, ni tampoco los destinos.

Ya no hablo al respecto, vos elegis poder ver
y oír.
¿Sentis si yo te tiendo una mano
desde donde puedo? La piel está estirada
hoy, mañana esas cosas pueden irse al
demonio y fragmentar los puentes
en polvillo para maquillar. Te ayuda
a disimular el rubor, esa pequeñita
vergüenza.

Yo sigo con lo mio, quemo buzones con cartas
a nadie y las espero de regreso.
Aca se siente bien
el calor
el color
se esta tranquilo, el pasto humedo
y el olor a baldoza.
Aca sobra lugar.

1 comentario:

Sol dijo...

Diria magico, no se como diria eterno, diria amarillo, y aun te encontraria diciendo nombres, quizas en secreto, quizas un lugar, diria un nombre, sin embargo no te encontraria, ni en el secreto, ni en el eterno, ni el puente, ni en el punto final.