martes, 10 de noviembre de 2009

Era de saberse
que el primer impulso
conducía al
último.
Que un gesto amable al principio
subyace al mismo en el final.
Que un labio partido
hace un sonido en el mio
y enmudece en el
tuyo.
Que los gestos,
de rojos palidecen
a rosados y mueren
en blancos huecos
de tiempo y
lejanía.
Que el desconocimiento sonríe
fulgurante, y en sus dientes
exhibe en años las mismas situaciones,
bellas situaciones,

tristes combinaciones,

gracias,

de nada

y hasta luego.

2 comentarios:

Antonella dijo...

He sentido algo así.

Buenas palabras,

saludos!

J dijo...

Palabras... buenas o malas, eso son.

Gracias y saludos.