lunes, 25 de junio de 2007

Obsesivo compulsivo


Las cosas se acomodan de este modo, ¿ves? Se acomodaron como yo en algun momento quise. Los papeles en la mesa diseñados en un simbolo perfecto junto a las esquinas. Todos amontonados en pilones de a media hora de entretenimiento, y fué. Esa cosa que tengo yo de mirar fijamente las manecillas del reloj cada cinco minutos. Lo incomodo que es el tiempo, vos lo venis repitiendo desde que te conoci. Lo incomodo que es repetirte y sentirte la misma persona todo el tiempo.
Yo te lo digo porque asi te veo, que te acurrucas entre las paginas de un libro que nunca voy a terminar de escribir, porque tampoco quiero terminar de escribir. Igualmente, a nosotros no nos importo mucho que cosa termina en donde y cual.
Pero las cosas se acomodaron de un modo. Ordenadas, punto por punto, coma por coma. Dentro de sus inocuas celdas, asi, ordenaditas como tanto quise. Como al principio.
Deja las cosas por la mitad, total seguimos mañana para compensar los errores que cometimos ayer. No importa, todo en este mundo sigue un mugriento orden, compulsivo, obsesivo, como sea, ese orden está. Lastima que yo tenga todavia ese sintoma de seguir mirando las manecillas del reloj cada cinco o diez minutos. Ahora no tengo idea que hora es. Ahora no tengo idea de si violé el orden de las estrofas, o de las palabras. Los puntos siguen estándo y las comas tambien. Todo parece estar en su lugar, quieto. Sigamos...

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